- Área: 553 m²
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Fotografías:Fabiola Menchelli & Zaida Montañana
Bunker Arquitectura es una oficina de arquitectura, urbanismo e investigación con base en la Ciudad de México
Fundada por Esteban Suárez el año 2005 e integrado por su hermano y socio Sebastian Suarez. En su corta carrera han podido experimentar con la arquitectura en la escala más amplia posible: desde pequeñas capillas icónicas para clientes privados hasta un plan maestro para toda una ciudad. El poco convencional acercamiento a la arquitectura de Bunker, ha continuamente atraído la atención del público y generado controversia con proyectos como un puente habitable de tres kilómetros de largo que une la bahía de Acapulco y un rascacielos invertido de 300 metros de profundidad en el Zócalo del centro histórico de la Ciudad de México.
A continuación les presentaremos una de sus recientes obras Hookah Lounge Satélite.
Ciudad Satélite, como su nombre lo indica, fue concebida por Mario Pani como una ciudad satélite de la ciudad de México en 1954. La principal avenida que conecta estas dos urbes, el Periférico, solía estar flanqueada por campos, y una gran escultura urbana de Mathias Goeritz y Luis Barragán marcaba el acceso a la ciudad. No pasó mucho tiempo antes de que el crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de México alcanzara a Ciudad Satélite, la engullera y continuara causando estragos en su camino. El Periférico pronto se convirtió en una comunicación precaria y graves problemas de tráfico hicieron esta zona de muy difícil acceso.
Quienes viven en Satélite siempre han sido considerados afuerinos. Dada la falta de equipamientos disponibles, suelen visitar los restaurantes, tiendas, bares y clubs nocturnos del centro de la ciudad”. Al comprender esto, los dueños de un restaurante y club nocturno muy elegante y exitoso consideraron abrir una sucursal de su negocio en esta parte de la ciudad.
Se organizó un concurso para su nueva sede y fuimos invitados a participar. Las breves bases del concurso especificaban que los interiores debían pensarse en un estilo árabe moderno. El problema con el estilo es que se centra en el reconocimiento visual de un evidente patrón repetitivo. La innovación se restringe a una reinterpretación de un número limitado de variables y la arquitectura se reduce a un juicio estético.
Durante el proceso de desarrollo de los planos de construcción, un conocido de nuestros clientes los convenció de que el estilo de su nuevo restaurante no funcionaría en Satélite. Les argumentó que esta zona de la ciudad siempre ha estado dominada por un sentimiento más disco de los años setenta. Nuestros clientes pidieron que se hicieran estos cambios. Un mes antes de iniciar la construcción, se nos pidió fusionar ambos estilos, pues sentían que la esencia de su marca se había diluido y vuelto irreconocible. De nuevo accedimos.
El resultado final fue una extraña orgía ecléctica de extravagancia visual. Lo que nos mantuvo motivados fue la ambición social que pretendía lograr.